Antojos de sal a principios del embarazo

Escrito por Beverly Bird ; May 10, 2017
pickle image by Mats Tooming from Fotolia.com

El antojo de sal es uno de los más comunes durante el embarazo. Parenting.com indica que el 80% de las mujeres embarazadas experimentan algunos antojos. Siempre que verifiques primero con el médico, puedes darte el gusto. Un poco de sodio adicional seguramente no te dañará a ti ni al bebé.

Teorías

Abundan las teorías que tratan de explicar por qué las mujeres quieren consumir sal durante el embarazo. El cuerpo necesita retener más agua, y el antojo puede ser un medio que utiliza para lograrlo, dado que el sodio tiende a provocar retención de líquidos. Durante el primer trimestre, un aumento en los niveles de progesterona también puede hacer que pierdas más sodio con la orina, por lo que es posible que el cuerpo esté tratando de reemplazarlo. Si tienes náuseas matutinas, eso también puede reducir los niveles de sodio.

Cuando comienzan los antojos

Los antojos suelen comenzar en el primer trimestre. Luego de eso, pueden desaparecer por completo o reducirse hasta un nivel más manejable. Sin embargo, en algunas mujeres el antojo de comer sal aumenta a medida que el embarazo avanza. El volumen de la sangre aumenta durante los primeros dos trimestres y la sal adicional puede ayudar con ese proceso.

Elecciones saludables

A menos que el médico te indique lo contrario, no tienes por qué privar al cuerpo de consumir los alimentos de los que tienes antojo, pero algunas fuentes de sodio son mejores que otras. Por ejemplo, la sopa de verduras y encurtidos puede satisfacer tus necesidades de sal, mientras le proporcionan al cuerpo los nutrientes que necesita. Las papas fritas, por otro lado, tienen un valor nutritivo más bajo. Las carnes procesadas, como los fiambres y el tocino, suelen tener un alto contenido de sodio, pero no son especialmente saludables.

Recomendaciones

Pregnancy Today recomienda no tratar de reducir la cantidad de sodio durante el embarazo, a menos que el médico te indique lo contrario. Puedes necesitar entre 2.000 y 8.000 mg de sodio por día durante este tiempo. Satisfacer los antojos de forma razonable está bien, a menos que, por ello, dejes de consumir otros alimentos nutritivos, por concentrarte en los que son ricos en sodio. Consumir algunos pepinillos o galletas saladas no es problema, a menos que los utilices para reemplazar alimentos más equilibrados.

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