Riesgos para la salud de tener un IMC bajo

Escrito por Rebecca Berry ; May 10, 2017
Pixland/Pixland/Getty Images

A pesar de las crecientes tasas de obesidad en Estados Unidos, está de moda ser delgado. Sin embargo ser demasiado delgado puede tener un impacto negativo en tu salud, algunas veces con consecuencias devastadoras como un paro cardíaco o la muerte. Si tienes un índice de masa corporal bajo consulta a tu doctor para determinar el mejor tratamiento para ti.

Causas de un IMC bajo

Un IMC normal se encuentra entre 18.5 y 24.9. Un IMC de 25 o más indica sobrepeso u obesidad y esto eleva tu riesgo de padecer problemas de salud como presión arterial alta o diabetes. De forma similar, un IMC menor a 18.5 indica que tienes peso bajo y esto eleva tu riesgo de desarrollar un conjunto diferente de problemas de salud. Un IMC bajo a menudo se debe a la desnutrición, pero puede ser causado por la genética o enfermedades como el hipertiroidismo y la diabetes. Un IMC bajo puede significar que tu cuerpo no está obteniendo la cantidad suficiente de nutrientes y energía que necesita. La falta de nutrientes puede ocasionar problemas como desequilibrios hormonales, anemia, baja densidad ósea, funcionamiento deficiente del sistema inmunológico y problemas cardíacos. Entre los síntomas de estas enfermedades subyacentes se encuentran la falta de energía, estreñimiento, insomnio, enfermarse frecuentemente, dolor de pecho y palpitaciones cardíacas.

Trastornos del sistema inmunológico

Un sistema inmunológico funcional combate a las infecciones para evitar que te enfermes, además de minimizar la gravedad de tus enfermedades. El deterioro del sistema inmunológico ocasionado por un IMC bajo es el resultado de que el cuerpo no reciba los nutrientes suficientes para combatir adecuadamente las infecciones. El cuerpo necesita proteína para ensamblar y crear glóbulos blancos y anticuerpos, que combaten a las infecciones y evitan que te enfermes. El resultado es la presencia de enfermedades más frecuentes y más severas de lo normal.

Pérdida de masa ósea

Los huesos están hechos de minerales como el calcio y el magnesio, que también son esenciales para el funcionamiento adecuado de los músculos. La pérdida ósea ocurre al tener un IMC bajo debido a que los huesos son lixiviados de minerales esenciales para proporcionar los minerales que los músculos de tu cuerpo necesitan y que no han podido obtenerse a través de tu dieta. La pérdida ósea es irreversible y puede ocasionar osteoporosis, una enfermedad en la que tus huesos son demasiado delgados y pueden fracturarse fácilmente.

Anemia por deficiencia de hierro

Debido a la falta de hierro en tu dieta, un IMC bajo incrementa tu riesgo de sufrir de anemia por deficiencia de hierro. Este mineral es necesario para la hemoglobina, que es el componente principal de las células sanguíneas. La hemoglobina sea adhiere al oxígeno en los pulmones para que las células sanguíneas puedan transportarlo a través de tu cuerpo. Una falta de hierro da como resultado una sensación de cansancio, mal humor, dolores de cabeza y dificultades para concentrarse.

Problemas cardíacos

El corazón es un músculo y no puede trabajar adecuadamente sin los nutrientes apropiados. Los problemas cardíacos como el prolapso de la válvula mitrial, las arritmias y la insuficiencia cardíaca pueden surgir a partir de un IMC bajo. Además, un desequilibrio de los minerales necesarios para la función muscular puede alterar el ritmo normal del corazón. El cuerpo también puede descomponer el músculo cardíaco para obtener energía, debilitándolo e incrementando la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco. Finalmente, un IMC bajo puede ocasionar una muerte súbita por fallo cardíaco.

Subir de peso

SI tienes un IMC bajo sería prudente intentar subir de peso. Esto debe hacerse de forma saludable, ya que tu dieta importa a pesar de tu tamaño. Para prevenir problemas de salud como el cáncer, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, consume una dieta equilibrada y nutritiva. El aumento de peso no debe provenir de alimentos ricos en grasa y azúcares, como las galletas y los pasteles, sino a partir de alimentos con una alta densidad nutritiva como las nueces, el queso, los frutos secos y el yogur bajo en azúcar. Puedes incrementar tu consumo calórico con alimentos saludables y nutritivos al consumir un bocadillo entre cada comida y antes de dormir, además de usar leche en vez de agua en alimentos como la avena o las sopas.

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